En estos momentos de incertidumbre, donde la tasa de paro es de las más altas de nuestro país en los últimos años y las noticias desalentadoras que nos llegan del cierre de empresas a diario. Las personas afectadas por esta crisis podrían decidir si es un buen momento para tomarse un año sabático.
Ya que el empleo en estos momentos es escaso y de poca calidad, podríamos pensar que estos cambios en nuestra forma de vivir nos podrían afectar en nuestras relaciones personales y familiares, porque nos cuesta asumir el elegir otro trabajo que no fuera acorde al status que veníamos manteniendo hasta este momento. Las personas en esta situación pueden ver una salida airosa el poder dedicarse a estudiar o vivir la vida, siempre que sus economías se lo permitiese. Esto sería un paso atrás en su vida laboral.
O por el contrario antes la necesidad de avanzar y dar un paso adelante agudizar el ingenio e intentar crear autoempleo, poder hacer alguna iniciativa innovadora que nuestro país esta tan necesitado.
Pero qué pasa si nos tomamos un año sabático y luego no sabemos volver a incorporarnos a la actividad diaria del trabajo.
Muchas de las funciones vitales de nuestro organismo son dirigidas por sistemas muy complejos, donde células y otras sustancias "obedecen" y "siguen el ritmo" de un mecanismo preciso y constante.
Pero el reloj de nuestro organismo, estudiado por la Cronobiología que es una disciplina de la Fisiología que estudia los ritmos biológicos, incidiendo tanto en su origen como en sus características y sus implicaciones, nos dice que las alteraciones de estos ritmos pueden traer enfermedades, cambios de humor y otras patologías.
Por eso lo más saludable es intentar seguir con la actividad diaria intentando poder desarrollar alguna actividad que nos permita realizarnos con un trabajo más acorde a nuestra experiencia.
En estos momentos se están dando ayudas y facilidades para la creación de empresas y autoempleo. Esto sería un paso adelante en nuestra vida laboral y sin duda para el progreso de nuestro país.
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